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2024, Semana 26

Migsar Navarro - 2024-06-30

#Español#Opinión#Évora#Portugal#Turismo en tren

Puente de madera con poco mantenimiento Foto de Migsar.

A inicio de esta semana fui a Évora con la familia, no es que mi familia sea de allá, sino que fui con algunos miembros de la familia que vinieron de visita. Me gustó mucho la ciudad aunque no me gustaría vivir ahí. No estuve mas que tres días por lo que mis comentarios serán definitivamente incompletos, pero bueno, es sólo por compartir un poco.

Évora es una ciudad del interior de Portugal, es capital del distrito que lleva el mismo nombre, y además capital de la histórica región de Alentejo. Es una ciudad amurallada bastante bonita, al menos la parte histórica. Estamos en finales de junio, por lo que el clima es bastante bueno, ni tan caliente como en verano, ni tan frío como el invierno. No teníamos muchas expectativas más allá de conocer la ciudad, quería ir un rato con Maia a una alberca, por ejemplo, la piscina municipal. Llegamos en tren y el viaje fue bastante bueno, el único comentario es que dejé que el sitio de los trenes escogiera la mejor ruta y escogió una ruta segmentada y un poco más cara de lo que habría podido ser, segmentada porque dividió el viaje entre Espinho y Aveiro, Aveiro y Lisboa, y Lisboa y Évora.

Primero hablemos de la ruta, en Portugal existen trenes urbanos, regionales, entre ciudades y el alfa pendular, que es el más rápido, con una velocidad de operación máxima alrededor de los 220 km por hora. La cosa con el Alfa Pendular es que no se detiene en la mayoría de las poblaciones, la idea sería que fuera más rápido en términos de trayecto, pero dadas las limitaciones de usar los mismos rieles y de que aunque presta servicio desde Braga hasta Faro no existe una ruta directa, sino que es necesario hacer un transbordo en Lisboa, la realidad es que para muchos trayectos si termina por ser más rápido que los intercidadades es sólo por algunos minutos, es decir, es un servicio pensado para personas de negocios entre las grandes ciudades, que al final, creo que generalmente prefieren el uso del automóvil por motivos de percepción social.

En nuestro viaje, el sitio recomendó el Alfa Pendular y no le di mucha importancia, sin embargo, como no hace parada en Espinho significaba que teníamos que ir hasta Aveiro y hacer un transbordo más, que con mucho equipaje o con miembros de familia pequeños puede resultar más incómodo que ir más lento. Respecto al precio, la verdad es que no es tanta la diferencia, quizá unos 10 o 15 euros, pero cuando se trata de viaje redondo y para muchas personas se vuelve significativo. En nuestro caso, el viaje como lo hicimos salió en 80 euros para los adultos y la mitad de precio para nuestra hija, es decir 40 euros, de haberlo hecho en intercidades y con suficiente anticipación esos 40 euros podrian haber sido poco menos de 25 (16 de Espinho-Lisboa y 9 de Lisboa-Évora), lo que habría significado pagar 125 euros en lugar de 200, puede que no parezca mucho, pero la diferencia en comodidad no es tanta y con 75 euros se puede pagar una noche en un hotel modesto.

Ahora un poco sobre la ciudad, primero aclaro que en este momento de mi vida no estoy muy interesado en definiciones tradicionales de cultura, así que realmente no me importa visitar las cosas que se catalogan como herencia de la humanidad según la UNESCO o alguna otra institución aparentemente “universal” pero que defiende abiertamente a la cultura dominante. No quería visitar las iglesias, catedrales, ruinas, ni castillos, lo que no significa que sean lugares feos o que no tengan una fuerte influencia en la percepción de la ciudad, simplemente significa que no quería perder mi tiempo en eso. Por otro lado, definitivamente hay cosas que me interesan, disfruto mucho caminar por la ciudad, sean callejones antiguos o modernas avenidad, me gustan las rutas a pie para encontrar miradores, los parques, fuentes, sitios naturales, incluso sitios históricos si son parte de un amplio espacio que no es privado, es decir, si hay cosas que hacer para los que no pueden o quieren pagar, la discusión de los modelos de rentabilidad para patrimonio histórico y cultural la dejo para otro post. Le decía a una tía que si existen guías de turismo soy capaz de comprarlas para saber a que lugares no ir, es un poco extremo, pero me parece que está de moda un turismo egoísta totalmente centrado en el individuo, no es la educación que le doy a mi hija y no estoy para tolerar gente grosera y egocéntrica que quiere una foto perfecta para instagram.

Llegamos una tarde calurosa, al salir del tren y entrar a la estación un letrero tenía que justificar porque no estaban las luces prendidas, cuando me parece algo de lo más natural, no eran necesarias. En la estación hay un pequeño café y los baños estaban limpios, no tenía aire acondicionado, pero la construcción era suficientemente fresca en comparación al exterior. Camino al hotel vimos unos establos de la polic’ia que permitían ver los caballos desde el exterior, nos parecieron bonitos, creo que son ese tipo de detalles a los que se les podría sacar un poco más de provecho en términos de turismo sin terminar por prostituir los servicios públicos al turista. En la plaza principal había una feria y estaban instalados juegos mecánicos aunque estaba cerrado aún por la hora. Para llegar al hotel dimos una vuelta un poco más larga de lo necesario porque no conocíamos bien y google maps no es muy inteligente, sin embargo, estuvo interesante para conocer un poquito más. El hotel era en realidad una casita de alojamiento local, era de tres pisos, la planta baja y otros dos, bastante pequeña en cuanto a superficie, pero ya con los tres pisos resultaba muy cómoda, estaba en un callejoncito bastante céntrico y bien localizado. La planta baja tenía una cama y un baño, también tenía un sillón, una mesa y un pequeño refrigerador, lo que permitía un uso independiente del resto de la casa. El primer piso tenía un sillón, un baño más amplio y una pequeña recámara, y el segundo piso tenía un sofá-cama, la cocina y una terraza. La casa nos pareció bastante bonita, la terraza estaba muy bien para pasar tiempo allí en la tarde, la planta baja estaba un poco húmeda y no tan iluminada, pero tampoco era incómoda.

El segundo día salí a caminar en la mañana, fui a un mirador que había visto explorando en Google Maps, se llama Alto de Sao Bento y es una pequeña colina que está a las afueras de la ciudad, actualmente tienen un proyecto educativo bastante interesante, espero que continue porque es común que este tipo de proyectos sean efímeros. A continuación está la ruta que seguí en Strava.

Me gustó mucho el recorrido, pero me pareció que la ciudad está un poco descuidada fuera de la parte central, hay edificios, que están bien cuidados, pero en general las calles y avenidas, y las casas, dan la idea de una ciudad dormitorio en la que la gente tiene una casa para dormir, pero no pasa tiempo en el barrio en el que vive. No sé, quizá me equivoco, quizá sale nuevamente a flote mi conflicto con la definición actual de turismo, en la que no se trata de descubrir algo nuevo sino de ir a un lugar igual, sin sorpresas solo con una máscara distinta.


El jueves y viernes intenté poner en orden algunas cosas por aquí y terminar varios pendientes, los días se van tan rápido y ya mañana será inicio de mes y tengo que poner nuevamente en orden las cuentas. Me gusta que el primero sea inicio de semana, pero es siempre una semana difícil para mí. Intentaré empezar con la base de mi bici de carga, el tiempo pasa y Maia crece cada vez más. Hoy descubrí en Mastodon el proyecto de Velhio que es un proyecto solidario y abierto para construir un vehículo semejante a una bicicleta, me parecen super interesantes esos proyectos, aunque me parece que una buena parte del éxito depende de los usuarios en el entorno.

Tengo la idea desde hace unas semanas de hacer un post sobre como empezar con Prometheus, y en particular, como usarlo para cosas cotidianas. Esto está alineado con un pensamiento recurrente en últimos tiempos sobre la facilidad o dificultad de la gente común para acceder a las nuevas tecnologías. Existe un creciente número de empresas que se dedican a lucrar con la inforamción, sin embargo, aunque estas empresas tengan presencia en países en desarrollo, son pocos los países e incluso dentro de éstos son menos los individuos que realmente entienden como funcionan las tecnologías.

Pasé un rato también jugando con el API de Zoom, tengo un proyecto pendiente en el que me gustaría usarlo, pero resultó un poco más complejo de lo que esperaba. En la parte de validación se necesita crear una firma digital para el token, me pareció que podía hacerse directamente con node.js sin mucho rollo, pero no he podido terminarlo.